martes, 4 de diciembre de 2012

INTRODUCCIÓN PERIÓDICO EL HIERRO


El Hierro fue uno de los 40 periódicos que la dictadura calificó bajo como “Prensa del Movimiento”, y concretamente éste representó a Euskadi. “Hierro”, al igual que La Voz de España", "Unidad" y "Arriba España" nació de las incautaciones y sirvió de altavoz ideológico a los sucesivos gobiernos, además aseguraron, desde su nacimiento, la difusión en Euskadi de la ideología afín al Régimen, primando, consecuentemente, la rentabilidad política frente a la económica. No en vano, los responsables de esos diarios sabían que “detrás de una linotipia no hay un papel, sino un pueblo, un conjunto de corazones e inteligencias que esperan”.

 El primer número de “Hierro” apareció el día 5 de julio de 1937 como periódico vespertino de ocho páginas, siendo su primer director José Antonio Jiménez Durán. “Hierro” absorbió otro periódico de aquella época, “Nueva España”, sucesor del “Noticiero Bilbaíno”. Hasta la ocupación en 1950 del inmueble propiedad de la familia Prieto, ubicado en Obispo Orueta, 2, tuvo distintos asentamientos. El primero fue Correo, 17, lugar en el que se editaba "Euzkadi".

Con posterioridad utilizó los locales de Ledesma,6, propiedad de "El Correo Español-El Pueblo Vasco", y Gran Vía, 13, perteneciente a los propietarios de "El Noticiero Bilbaíno". En ambos casos el uso de las instalaciones estuvo precedido de acuerdos y contraprestaciones. La maquinaria instalada en Ledesma, 6, procedía del aludido periódico nacionalista "Euzkadi". En 1977 pasó a formar parte, como los demás periódicos de la cadena de Prensa del Movimiento, del Organismo Autónomo Medios de Comunicación Social del Estado. La Ley de 13 de abril de 1982 suprime dicho Organismo Autónomo, dictándose en 1983 normas sobre la venta de sus bienes. “Hierro” se mantuvo en el mercado hasta febrero de 1983. Aunque en 1982 se anunció su venta en pública subasta, ésta no se llevó a efecto ya que existía una demanda de reclamación interpuesta por la única superviviente de la familia Prieto, Constancia Prieto, quien en 1985 consiguió recuperar el edificio propiedad de su hermano, Luis, y que su padre, Indalecio, recibió en herencia a la muerte de su hijo.

 La tardía desaparición de este diario lo justifica el interés político que su ubicación despertaba ya económicamente no ofrecía muy buenos resultados.

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